3 de mayo de 2010

¿Si el amor no duele, no es amor?


El hablar de amor, es un tema bastante extenso, catalogado como un sentimiento indefinible, hermoso y además motivador. Se le atribuyen infinidad de hechos de naturaleza casi fantástica e inclusive como causante directo de la perdida de la cordura en una persona. El amor es percibido de distintos modos por los seres humanos según la ideología que se posea, comúnmente definido como un sentimiento positivo, pero ¿qué sucede cuando el amar duele?

¿Por qué todas las canciones “románticas” son dolorosas? Desde la infancia, se nos hace crecer con la idea de que somos personas incompletas, dando así un mal manejo y por lo tanto un mal aprendizaje de lo que es realmente el amor. Esto influye en el modo en que lo sentimos y por lo tanto en el modo en que lo expresamos. Es común escuchar la teoría de una mitad, aquella que nos complementa, nos hace sentir bien y así crecemos, con una idea errada de que en algún momento llegara alguien que llene ese vacío, que nos haga ser personas completas, creyendo que solo así seremos capaces de alcanzar la felicidad en su totalidad.

Depositar nuestra felicidad en algo o alguien nos hará sentir desde un principio como una persona insatisfecha y por lo tanto infeliz. Al momento de decir “yo soy infeliz a causa de él/ ella” estamos delegando nuestra capacidad de decidir y responsabilizarnos por lo que sentimos. El cargar la responsabilidad de nuestra felicidad en alguien más lo hace creer perfecto, sin fallas y en base a ello, creemos que cada acto realizado por esa persona está estrechamente ligado al modo en que nos debemos de sentir, pensar o actuar.

Es común saber de personas que son incapaces de mantenerse sin una relación, o aquellas que viven con alguien creyendo que es normal sufrir cuando se ama, continuando así por miedo a sentirse solos, vacios, incompletos. He ahí la mayor causa de la inestabilidad de las parejas o matrimonios hoy en día. El amor en definición a lo largo de la historia, tienen como base y fundamento equivocado, la perfección y el sacrificio.

Retomando lo anterior, depositamos entonces en el ser amado nuestro estado de ánimo, lo responsabilizamos de nuestros actos, creemos que debe o debemos hacer todo en medida de satisfacer necesidades y al momento de no ser satisfechos en estos aspectos, el amar se vuelve doloroso.

El amor comienza a tornarse enfermizo en el momento en el que alguna de las personas involucradas no se siente bien, resulta afectada y es incapaz de manejar sus actos y emociones sin relacionarlas con el otro. Puede llegar al grado de creer que sin esa persona, esa parte que la complementa, no será capaz de seguir adelante, llegando a los extremos de quitarse la vida.

El amor duele cuando la pareja no cumple las expectativas que nos hemos creado de ella, cuando no se acepta el derecho de la otra persona a equivocarse o al no responsabilizarnos de nuestros actos, cuando se pasan por alto nuestros anhelos por satisfacer al otro. Todo esto se basa en nuestra decisión, cada quien es dueño de uno mismo, no de los demás. Nosotros elegimos sentirnos de tal modo frente a un hecho, depende la perspectiva que tengamos de las cosas y el modo en que aprendimos a verlas desde pequeños. Cada persona nace completa en su totalidad, como un ser único, capaz e irremplazable. Esta es la base, la autoestima, para amar primeramente se debe empezar por la base, el amor hacia uno mismo.

Una persona que es capaz de amarse a sí misma, aceptarse tal cual es, con defectos y virtudes, será de igual modo capaz de reconocer así a los demás y por lo tanto aceptarlos como tales. El conocimiento de saber que somos personas completas, responsables de cada una de las cosas que elegimos, nos hará capaces de basar nuestra felicidad en nosotros, no en los demás. Un amor en el cual dos personas son mitad de algo o alguien, obviamente las hará incapaces de sentirse bien por sí mismas; por el contrario un amor en el cual dos personas completas eligen estar juntas, el lugar de llenar un vacío, cubrir necesidades o complementar a alguien, hará de esa unión algo mayor a lo que ya era por sí sola, no menor y permitirá a los involucrados la realización y plenitud de disfrutar un amor que no duele, por el contrario motiva, alegra y da sustento a un bienestar común.


“A través de tus ojos
He aprendido a ver lo que es el verdadero amor
Amar completa, amar entera
Amar sincera
Amar sin pausa, amar sin tiempo
Amar la vida, amar los sueños
He aprendido también, a amarme con defectos
Amarte a ti
A saber amar aun en desacuerdo
A poder amar, Amar sin sufrimiento”.



Mar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo creo que aquel que encuentra el "verdadero amor", jamás sabrá de "sufrimientos" en nombre del amor.
¿Por qué? Simplemente porque el "amor verdadero" se caracteriza por la más absoluta e incondicional entrega... "AMOR ES ENTREGA"

El "amor verdadero" jamás pedirá nada a cambio, si lo hiciera entonces no sería amor, simplemente se transformaría en un intercambio de necesidades.
Pero, además tiene una cualidad maravillosa, cuando verdaderamente das amor incondicional, vuelve sin que lo pidas...

El origen del “sufrimiento” en los seres humanos está relacionado con "el deseo". De algún modo cada vez que deseamos algo en la vida y esto no se cumple, es casi inevitable sufrir por ello y esto es válido para todos los órdenes de la vida.

Del mismo modo en el amor de parejas, no es el amor lo que nos hace sufrir, sino "nuestros deseos" incumplidos los que nos generan dolor. Así, cuando encontramos "parejas sufrientes" podemos ver que luchan por que el otro se les parezca, no aceptan las diferencias, buscan que satisfagan todas sus expectativas, imponen que acepten todos sus males pero no comprenden los del otro, y así podría seguir con una lista de "deseos incumplidos" en los que la característica básica es la lucha por la imposición de un ego por sobre el del otro.
Lamento decirte que esto "no es amor..."

Cuando hay "amor verdadero" surgen naturalmente el compañerismo, la comprensión, la complicidad, los proyectos en común, el respeto a la individualidad, el diálogo por sobre la discusión, el aceptar las diferencias, la lealtad, la honestidad, el valor para afrontar las dificultades de la convivencia y todas aquellas acciones que realzan las virtudes más puras del ser humano, pero, jamás realzarán "el sufrimiento".

Por todo esto, te puedo afirmar sin temor a equivocarme, que "el verdadero amor" jamás se podrá asociar con el sufrimiento y si hubiera sufrimiento donde creemos que hay "amor verdadero", es porque simplemente nos equivocamos al calificar nuestro sentir con la máxima categoría posible... Llegamos a un escalón más bajo y creímos llegar a la pureza sublime del amor, pero, lamentablemente nos quedamos allí...

Para encontrar el “amor verdadero” se requiere de un corazón abierto junto a un “ego” minimizado y ser valientes para enfrentarlo cada vez que quiera aflorar ensuciando un sentimiento tan maravilloso como éste.


Espero y no te moleste mi super comentario!!!

Saludos el poema esta genial me fascino!! ya lo habia leido en el metro saludos

Anónimo dijo...

la verdad es cierto aveces asi actuamos las personas y cuando en realidad nos damos cuenta de las cosas ya es tarde, chales quisiera poder dejarte un comentario mas largo jajajajaja pero no terminaria ademas de que mi cerebro anda de vacaciones lo mande muy lejos jajajaja y ba a tardar en regresar.

que andes chido mar.....